Libertad, culpa y responsabilidad

La “manada” del pensamiento único en marcha.

Son tiempos extraños y de confusión. El término libertad nunca ha estado tan manoseado de forma pública ni tan usado como arma contra quienes no comparten las líneas oficiales de pensamiento dominante y publicado. Si Platón nos enseñó que la conquista de uno mismo es la victoria más grande que una persona puede conseguir en toda su vida, el “homo videns” está enterrando siglos de afianzamiento ético a marchas forzadas. La tormenta perfecta en la que la tradicional ignorancia popular hace tiempo que quedó superada por la mordiente y nociva indigencia intelectual de la élite política y académica, arrastrando ésta a aquella. No somos dueños de nosotros mismos, y necesitamos que otros nos marquen el camino constantemente, prostituyendo los conceptos que una vez nos hicieron ciudadanos libres.

La libertad necesita de algo fundamental para ser ejercida: la responsabilidad, que es intransferible e indelegable entre adultos. Un ejemplo de libro lo constituyen determinadas reflexiones escuchadas y leídas en todos los medios de masas y foros públicos a cuenta de los sucesos protagonizados por los miembros de la llamada Manada y la chica de la que abusaron, según recoge una sentencia de la Audiencia de Navarra. ¿Quién tiene la culpa de los hechos sucedidos y demostrados en la sentencia? Evidentemente, los desalmados autores de los hechos, condenados por ello a nueve años de cárcel. ¿De quién es la responsabilidad de que una chica de dieciocho años, que se encuentra sola, ebria y en una ciudad desconocida, eche a andar voluntariamente en ambiente distendido y propicio para toda clase de excesos con un grupo de chicos que son completamente desconocidos? Pues según las élites hembristas será cosa del heteropatriarcado o de algún micromachismo. Que si no es micromachismo no es el auténtico, parafraseando aquel célebre anuncio de coches de juguete. Continuar leyendo “Libertad, culpa y responsabilidad”

Libertad para rebuznar

“La libertad es algo tan grande que no cabe en los cerebros estrechos. Por tanto, el excedente se desborda convertido en algo nauseabundo”.

Roberto Gómez Bolaños. Cómico, escritor, director y dramaturgo mejicano  (1929– 014).

He leído decenas de artículos calificando como censura la condena que dictó la Audiencia Nacional contra uno que dice que canta y que se hace llamar Valtonyc. Sin embargo, ninguno de estos paladines de la libertad de pensamiento ha tenido el detalle de transcribir las ´canciones´ en cuestión para que seamos los lectores quienes podamos dilucidar en libertad si, efectivamente, hay censura hacia una forma de expresión artística, o por el contrario, defensa legítima y su consiguiente castigo ante lo que puede ser un atentado al honor de personas e instituciones o enaltecimiento del terrorismo. En una de ellas, encargo expreso de Pablo Manuel Iglesias para el programa de televisión La Tuerka, dice textualmente el pollo: «El rey Borbón y sus movidas, no sé si cazaba elefantes o iba de putas. Son cosas que no se pueden explicar, como que para hacer de diana empleaba a su hermano y mientras doña Sofía follando».

En otra, dice: «tu bandera española está más bonita en llamas, igual que un puto Patrol de la Guardia Civil cuando estalla». También, dedicado a Bauzá, político del PP en Baleares: «Bauzá debería morir en una cámara de gas, pero bah!, eso es poco, su casa, su farmacia, les prenderemos fuego». Creo que como muestra es bastante.

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Responsabilidad social y administraciones públicas

La responsabilidad social corporativa puede definirse como un instrumento de gestión que refuerza y mejora los impactos que una determinada acción, sea empresarial, social o política tiene sobre la sociedad que los recibe. Para ello debe responder a una perspectiva global e integradora que tenga en cuenta aspectos de responsabilidad, sostenibilidad, competitividad y participación. Ha de ser innovadora tanto en objetivos como en procesos, generando un triple impacto (personas, entidades, sociedad) para el que resulta imprescindible una correcta identificación, interpretación y gestión de los llamados grupos de interés, individuos y colectivos que se ven concernidos y afectados por esas decisiones.

Y por lo que respecta a las instituciones, entronca directamente con lo que se conoce como buen gobierno, esto es, se ejerce de forma objetivamente correcta, pues persigue cumplir con los intereses generales. En definitiva, es legal, transparente y eficiente. Todo esto en potencia, ya que la reflexión que quiero hacer confronta este ideal teórico con la práctica habitual en muchos departamentos de las distintas administraciones públicas. Continuar leyendo “Responsabilidad social y administraciones públicas”

Paisaje de tonto con niño

La indignación moral es la estrategia tipo de los idiotas para dotarse de dignidad moral.

Marshall McLuhan.

Esta frase del genio y erudito canadiense debería estar grabada a punzón en las mesas de las redacciones de periódicos y medios de comunicación audiovisuales, pero mucho me temo que la lectura y análisis de la obra de McLuhan haya dejado de ser obligatoria en las facultades españolas de ciencias de la información, a tenor de lo que estamos leyendo y escuchando estos días tras el intento de golpe de Estado en Cataluña. Continuar leyendo “Paisaje de tonto con niño”