La palabra turista viene del inglés tourist que procede de tour. Se empezó a usar a finales del siglo XVIII cuando turistas británicos pusieron de moda el realizar una vuelta o “tour” para conocer otros países.
El turismo es un fenómeno que supone el desplazamiento de personas a lugares fuera de su entorno habitual, actividad que tiene gran repercusión social, cultural y económica.
En 1841, Thomas Cook organizó un viaje en ferrocarril para que 500 personas asistieran a un mitin anti alcohol. A raíz de esa actividad, tuvo la iniciativa de fundar en 1845 la que sería la primera agencia de viajes del mundo, Thomas Cook and Son.
Cook introdujo una gran innovación en los viajes organizados: llegó a un acuerdo con el ferrocarril para obtener un porcentaje por cada billete vendido. La agencia de Cook mantuvo su actividad hasta 2019 en que anunció suspensión de pagos. La caída de este gigante supuso un duro golpe para el sector turístico y principalmente para Canarias y Baleares, dos de sus principales destinos.
Hoy el turismo mueve mucho más que aquellos 500 asistentes al mitin. Es más, forma parte y parte importante de la riqueza de nuestro país. En ese sentido, uno de los efectos de la pandemia ha sido perjudicar ese pilar del PIB.
Curiosamente el gobierno español no apuesta por él. Es más, parece haber renunciado a las ayudas europeas para el turismo ya que no ha presentado ningún plan ni ha realizado ningún intento de conseguir estas ayudas específicas al sector.
Todos sabemos que la estabilidad económica y social de España desde los años 60 se debe en gran parte a la potencia del sector turístico. Por eso llaman la atención que el ministro comunista de consumo parezca interesado en liquidarlo. Es, dice, más “partidario” de otros modelos ya que del turismo le parece “precario, estacional y de bajo valor añadido”. Va a resultar que hay que desmontar un sector que representa el 12,5% del PIB del país porque no aporta mucho.
¿No sería más inteligente, beneficioso y hasta fácil dar una capacitación profesional de rango superior a quienes trabajan en ese ámbito?
Pocos países engloban una oferta tan potente como España: naturaleza, clima, cultura, gastronomía, infraestructuras y sin embargo hay intereses ideológicos empeñados en difundir la turismofobia.
Nadie discute que el turismo, como tantos otros sectores productivos, se ve aquejado de ciertas inercias y estructuras caducas que hay que modernizar. Hay problemas, como es evidente, pero de ahí a aprovechar la pandemia para pretender cambiar el modelo productivo de un país hay un abismo que sólo una visión cargada de ideología puede pretender cruzar.
Quizá unos de los problemas es lo que suele denominarse “turismo de borrachera”. Pero conviene dimensionarlo adecuadamente: solo representa el 2% del total. ¿Qué interés hay en querer debilitar un sector que está consolidado y que puede servir de trampolín para impulsar la economía?
Miremos Baleares. Más de la mitad de la riqueza de las islas depende del turismo. La izquierda gobernante pide una reducción del turismo en las islas. Así, mientras la presidenta balear socialista afirma que “la excesiva dependencia del turismo es una carencia estructural para encarar el futuro de las islas”, el vicepresidente podemita considera “una buena noticia” que la pandemia haya producido un desplome del turismo.
Si en unas regiones es la turismofobia ideológica la que ataca esa fuente de riqueza, en otros lugares no es una cuestión de ideas sino de falta de ellas, de dejadez. Un ejemplo, el Mar Menor, la mayor laguna salada, elemento que hace a la región poseedora de un bien único y que se está dejando morir porque se ha ido abandonando a lo largo de los años hasta el punto de haber llegado a un estado lamentable en estos momentos con lo que conlleva desde el punto de vista ambiental, económico etcétera. En definitiva, habría que superar tanto la ideología empeñada en hundir el país cuanto la inercia negligente y hacer una revisión general y a fondo para ser capaces de acometer las reformas necesarias para podernos situar a la cabeza de un sector del que pueda depender la estabilidad del país.
Publicado en La Verdad de Murcia (18/6/2021)