La banda sueca At the Gates lo tiene claro, están “en guerra con la realidad”. Así reza el título de uno de sus álbumes conceptuales más sonados en los círculos del death metal.
A través de ritmos vertiginosos, sonidos frenéticos y voces guturales, los tímpanos de cualquiera son golpeados hasta quedar hechos añicos. Estamos ante un álbum cargado de referencias a la literatura latinoamericana. Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato y Gabriel García Márquez son, entre otros, autores recurrentes en este trabajo, tal y como lo muestran la lírica de sus canciones.
Los gritos y gruñidos tan característicos del death metal son el vehículo de acercamiento hacia las obras de estos autores. El uso de la voz gutural (áspera) es pasional y sincero. Los lugares comunes del death metal son la muerte, la tortura, la alucinación, la locura, así como la protesta política y la rebeldía.
El álbum At war with reality se abre con la lectura de un texto de Ernesto Sabato “A un Dios desconocido” (de su obra Sobre héroes y tumbas) en boca del chileno Anton Reisenegger, vocalista y músico de Pentagram. Un texto donde se postula la existencia y naturaleza de Dios, leído con la garra de quien conoce las crueldades de las dictaduras. No en vano, este género musical tiene un gran número de seguidores en Sudamérica, lugar castigado por los regímenes totalitarios.
La música de At the Gates no llega a las listas de Los40, no es música enlatada ni descafeinada y de momento, nuestras sociedades occidentales nos proporcionan el suficiente confort para silenciar el grito. Sin embargo, merece la pena detenerse en esta forma de expresión. ¿Por qué es necesario usarla? ¿Por qué gritar que vivimos en guerra con la realidad?
Las obras que inspiran este álbum nos muestran sujetos en guerra con su realidad personal y con otras realidades con las que conviven. Nos muestran jóvenes cuyos valores y nobleza son más fuertes que cualquier tortura y por eso no se dejan amedrentar por los gritos sino que a través del grito resisten. Si estas ficciones, resisten sin sucumbir al sufrimiento infligido, no es por cabezonería sino por principios, por respeto al otro, por vergüenza. Estas ficciones, tan reales como cualquiera, saben lo que hay que hacer, sin necesidad de fórmulas de eficacia productiva y por eso, a pesar del dolor, de la mutilación y de la tortura, resisten. Son fieles a sus promesas, como lo son parte de los personajes de las novelas de E. Sabato y como lo fueron los jóvenes torturados durante la dictadura argentina en numerosos centros clandestinos habilitados para tal fin y cuyo informe elaborado por el propio Sábato sólo se puede sintetizar bajo el grito de Nunca más.
El grito es la expresión de resistencia ante una realidad que se nos presenta sin alternativas, única. Nuestra sociedad, ansiosa de novedades, se ha uniformado a través de ellas y por eso es necesario estar en guerra con la realidad. No podemos dejarnos embaucar por cantos de sirena y voces melodiosas que nos regalan discursos envenenados, exentos de empatía, supremacistas y propios de hombres resentidos.
Como bien nos invita a hacer este álbum, se trata de indagar de nuevo en nuestra realidad personal para así descubrir cuáles son las contradicciones a las que estamos haciendo frente, y a través de las múltiples posibilidades existentes barajar opciones reales, donde se puedan conciliar nuestros anhelos con nuestros temores sin que éstos sean los de otros.
El grito se hace necesario para despertar a una sociedad que se ha hecho virtual, que vive anestesiada. Hemos perdido el contacto con nuestro entorno físico, tenemos fotografías sin fotos, lecturas sin libros, citas sin cuerpos, y por eso es necesario volver al principio. No queda más remedio que salir a la calle, volver a caminar por las aceras, esquivar a los perros callejeros, disfrutar del olor de un perfume y por supuesto volver a gritar, porque está claro que hay canciones cuya temática no puede ser cantada como un musical de Disney, sino que requiere del grito.
Quizá con ayuda de At the Gates recuperemos el gusto por los buenos libros, volvamos a los clásicos y descubramos las alternativas reales para hacer frente a los males de nuestra época. Quizá gracias a sus potentes y elegantes gruñidos podamos despertar de este sueño o, al menos, convertirnos en soñadores lúcidos que vislumbren otro sueño bien distinto.
Publicado en La Opinión de Murcia.