El matrimonio es la primera causa de divorcio. Evidente. Como evidente es que el problema social más importante actualmente es un problema de seguridad. La inseguridad nos pone nerviosos, el nerviosismo se contagia, el rebaño se revoluciona y puede llegar a pasar lo que inevitablemente pasará, según ya nos ha mostrado en reiteradas veces la historia.
La inseguridad por el mantenimiento de nuestra forma de vida, de nuestra cultura, vivir tal y como nos han enseñado, es la causa y razón básica por la que aparecen nuevos partidos políticos, lo cual no es ni bueno ni malo, si bien los actuales dirigentes deberían hacérselo ver. Y es que por muy acostumbrados que estemos a que nos pregonen cientos de promesas a los cuatro vientos que luego no se cumplen, es en estos tiempos actuales cuando a eso se une la puesta en peligro de nuestra forma de vida.
Deberíamos preguntarnos por qué en España durante el 2017 (último año con datos completos) se han producido más de 314 separaciones o divorcios al día. Si, al día. Hasta un total de 114 mil y pico según los datos del CGPJ y sumando, porque la evolución durante el 2018 lleva el mismo sendero. Además deberíamos preguntarnos por qué más del 60% de esos casos terminan sin acuerdo entre las partes en lo relativo a la custodia de los hijos. Pues bien, permítanme afirmar una nueva evidencia: un divorcio es y será el fracaso de un proyecto vital iniciado y en continua construcción, sobre el que habían sido depositadas infinidades de ilusiones, sueños y proyectos que termina hundiéndose. En la mayoría de los casos lo que suele ocurrir es que el pago de la hipoteca, la manutención de los hijos y no sé qué más púas se las suele quedar él y la casa y los hijos y no sé qué más derechos se los suele quedar ella. Y esas situaciones de posible injusticia pueden llevar a provocar determinados sentimientos de falta de protección de un colectivo, en este caso el masculino, en determinados casos, sin olvidar, le pese a quien le ese, que todo hombre tiene a su alrededor madres, hermanas y otros familiares que sufren tanto o más por aquella supuesta injusticia.
De ahí que pese a ser evidentes, tanto la igualdad ante la ley como la no discriminar por razón de sexo, la evidencia de su incumplimiento es lo que ha llevado a radicalizar el posicionamiento a través del cual se exija que, para determinadas leyes, se trate de la misma forma a hombres y mujeres. Y esto nada tiene que ver con violencia o maltrato. Así que igual que cualquier hijo de buen vecino grita alto y claro “NO A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA”, ruego a los/las/les defensores de la ideología de género que se movilicen, convoquen manifestaciones y exijan de los gobiernos igualdad de trato en la asunción de obligaciones post matrimoniales y que lo griten alto, eh? que eso de que los jueces hagan prevalecer el apego madre-hijos y ese tipo de cosas parece proceder del arcaico modelo patriarcal que tanto se detesta y que no deja espacio de emancipación a la mujer.
Y ya que estamos, también ruego a quienes nos gobiernan que se quiten los complejos de encima y pongan sobre la mesa verdaderos planes de acción para conservar, impulsar y garantizar el éxito de las familias y de la familia como unidad socio-económica indivisible de nuestras sociedades. Nuestra sociedad tiene sentido y razón de ser a través del concepto de familia y sin él la sociedad se desintegra. Porque no es normal que, con la que se monta cuando dos se casan (en tiempo invertido, dinero, preparativos, ilusiones, etc.) te puedas meter a internet y por cien eurillos obtener tu divorcio exprés en unos días. Socialmente patético.
Existen otras evidencias que, pese a serlo, podrían ser debatidas y tratadas en otros artículos tales como el tratamiento de la inmigración ilegal y el perjuicio que causa al crecimiento económico, la inseguridad que provoca que alguien se meta en una vivienda de tu propiedad y no puedas echarlo, las leyes que permiten que alguien abuse sexualmente de otra persona, drogándola o forzándola a palos y luego viva mejor que tú y que yo, la autorización normativa de los vientres de alquiler y por qué hoy por hoy trabajar no te garantiza poder llevar una vida digna o, ya que estamos, porqué ahora todos los partidos políticos se apuntan a eso del liberalismo y ninguno lo aplica cuando gobierna.
Así que, mientras que los ciudadanos corrientes nos dedicamos a establecer marcos de cooperación social y de convivencia que mantengan y garanticen nuestras raíces culturales en perfecta sintonía con el respeto a la libertad individual aportando de forma generalizada al bien común, espero que ahora los políticos profesionales, esos que llevan toda la vida agarrados al cargo y que no saben hacer otra cosa que mangonear para que todo se quede igual, al nacer nuevos partidos políticos y no tener tan claro el mantenimiento de sus cargos, se pongan las pilas y de una vez por todas piensen en que España somos todos, abandonen los discursos estériles y, de una vez por todas, se dediquen a lo que deben. Lo evidente.
Publicado en La Opinión de Murcia.