Imagina un frasco, en su interior hay un número determinado de bacterias. Un segundo después, cada bacteria se duplica, y tendremos el doble. Cada una de las bacterias resultantes se vuelve a duplicar en cada segundo, y así sucesivamente. Pasado un minuto, el frasco está lleno. ¿En qué segundo las bacterias ocupan la mitad del frasco?
Este conocido problema, que aparece en el libro de Dimitri Formin, es el que utilizamos en el Círculo Matemático para dar la bienvenida a “los nuevos”.
Sí, aquí en nuestra Región tenemos un Círculo Matemático. Empezó en enero y está formado por una constelación de personas fantásticas. Se formó por casualidad en navidades, cuando Fabi comentaba que tenía que recuperar las mates y en la cocina de casa le dimos un buen tute. A partir de ese día, quedábamos de manera informal, y en lugar de repasar currículo, nos pusimos a resolver otro tipo de problemas. Nos reuníamos en casa hasta que decidimos formalizarlo. Ahora el Circulo Matemático se reúne los miércoles en el espacio municipal La Nave en Puente Tocinos y cada uno de los participantes es un diamante que aún no sabe cuánto puede brillar.
Me consta que existen otros grupos que también le ponen pasión a esto de las mates en nuestra ciudad, Trini por ejemplo tiene un grupo que se reúne los viernes y se preparan para las olimpiadas. Y María José anima a los más atrevidos de Primaria para que participen en talleres en el instituto.
Superar retos es entusiasmante o, como ellos dicen: “¡Mooola!, ¡Mi cabeza ha hecho boom!”. Resolver problemas les hace sentir bien, quieren volver a repetirlo, es una forma más de motivación personal.
Sí, es cierto, las mates están de moda. Solo hay que preguntar a Google y ver la cantidad de artículos sobre ello. Las empresas se rifan a las personas expertas en esta materia y parece que estos profesionales no van a poder ser sustituidos por robots. La solución de problemas matemáticos ayuda a sistematizar soluciones a problemas de cualquier tipo. Es una forma más de ayudar al desarrollo del pensamiento crítico.
Desde Europa Corina Kretu nos dice que España necesita “menos cemento y más conocimiento”. Es necesario una apuesta por el desarrollo del talento, con planes que permitan que ese talento se retenga en nuestro país, en nuestra región, y por qué no, en nuestra ciudad. Las nuevas generaciones tienen que ofrecer soluciones a los problemas complejos a los que nos enfrentamos como sociedad, pues para ello, tendremos que dotarles del armamento intelectual necesario.
Los Círculos Matemáticos son una oportunidad para pasar un rato agradable y generar un espacio colaborativo en el que todos disfrutan. Se pueden considerar una pieza más del ascensor social, ya que los chavales acceden al club de forma gratuita. Todos tienen una oportunidad.
El concepto de Círculo Matemático, funciona, está probado desde hace décadas, los rusos han sido pioneros exportando talento y pasión por todo el mundo, solo hay que preguntarles a los norteamericanos.
La reunión del grupo dura una hora y media aproximadamente. Se reparten los problemas. En caso de que no lleguen por sí mismos, hay un mentor que los orienta y les da unas pistas mínimas para que consigan llegar ellos solos a la solución. Cuando alguien la encuentra es el resto del grupo el que tiene que decir si es correcta o no para fomentar el trabajo en grupo y el debate.
El mentor básicamente prepara una lista de problemas. Por suerte, hay material de sobra. Libros, Webs, ejercicios de Olimpiadas, etc. La preparación es imprescindible porque puede que te quedes corto y que resuelvan fácilmente problemas que parecen difíciles a priori, o que se atasquen con una demostración por casos, porque te digan que no se puede suponer el valor de una variable y no consigas explicarle que si supones todos los posibles valores entonces sí sirve.
Según dice Alexarder Zvonkin, el éxito del Círculo es mayor cuanto menor sea el tiempo que el profesor interviene. Y también es mayor cuanto mayor sea la interacción entre los alumnos.
Para que los Círculos Matemáticos crezcan como champiñones en nuestra región, necesitamos más mentores. Se busca mentor. Para ofrecer a los niños la oportunidad de descubrir que las matemáticas se les dan bien. Para experimentar la cara lúdica de las matemáticas Se busca mentor, sobre todo, para dotar a las nuevas generaciones de elementos que les permitan desarrollar una pasión por la ciencia y a la vez mejorar su autoestima.
Lo que recibe el mentor a cambio es una experiencia única en el acompañamiento del aprendizaje con personas que tienen ganas de aprender. Quizá eso fue siempre la enseñanza. Quizá los mejores profesores siempre fueron eso.
Por eso se están acercando al Círculo no sólo chicos con ganas de aprender y disfrutar aprendiendo; también vienen maestros con ganas de enseñar y disfrutar aprendiendo. Todos son bienvenidos. Todos son necesarios.
Por cierto, ¿has averiguado en qué segundo el frasco de bacterias está medio lleno? Pásate por el círculo y vemos si tu respuesta es correcta.
Publicado en La Opinión de Murcia.