El ocaso de las pensiones

La realidad sociológica y demográfica nos dice que estamos viviendo un incremento notable del número de ancianos en nuestro país, en Europa y en el resto del mundo. Cada vez se vive más y ello comporta una gran preocupación en nuestras sociedades por las enormes demandas en servicios sociales y en prestaciones asistenciales que nuestros mayores precisan o van a precisar, máxime si sufren o son proclives a padecer procesos crónicos, invalidantes e incapacitantes de su persona o su salud.

El envejecimiento poblacional es y será una realidad a la que habrá que prestar la suficiente atención desde todos los frentes posibles y que obligará a grandes reformas en el sistema. Más ancianos y más situaciones de dependencia harán necesaria una mayor cualificación de quienes tengan que asumir esos cuidados tanto de un modo formal cuanto informal, ya sean cuidadores familiares o profesionales, servicios privados o públicos. En definitiva, si bien este senior boom es un gran logro histórico, político y social no es menos cierto que supone muchos desafíos y ciertas complicaciones.

Ahí tenemos, sin ir más lejos, la cuestión de las pensiones. Se dice que está en peligro el sistema público de pensiones. Hemos asistido a lo largo de los últimos años a diversas reivindicaciones a favor de un sistema público digno, protestas dirigidas a defender la obligación constitucional de mantener el poder adquisitivo real de las pensiones y su revalorización automática para no dejar al albur del gobierno de turno la posibilidad de tocar, recortar, privatizar o minorar las pensiones presente y futuras de nuestros mayores. Continuar leyendo “El ocaso de las pensiones”

Tiempo de utopías

Nos gustaría que el mundo en el que vivimos fuera perfecto, que no hubiera males, ni problemas. Nos gustaría vivir en un mundo maravilloso donde todos los ciudadanos gozaran de paz, libertad, concordia, justicia, calidad de vida, bienestar socioeconómico y satisfacción personal. Y, ya puestos, también nos gustaría ser nosotros mismos perfectos y vivir con dignidad.

Son, en otros términos, tiempos de utopías y grandes esperanzas, que diría Dickens o, en un sentido más costumbrista, tiempos de búsqueda de una sociedad perfecta, saludable y feliz, o, parafraseando el título de la novela futurista del escritor británico Aldous Huxley, tiempos de pensar en un mundo feliz.

Quizá fantasear con esos nobles anhelos tenga su origen en una deficiente relación con la realidad. Quizá sea un escape hacia la realidad virtual porque la realidad-real no se pliega a nuestras expectativas. Es más, nos obliga a plegarnos a sus exigencias, a veces de manera resiliente.

Y así transcurren nuestras vidas, entre la situación concreta que nos ata al momento y la percepción de que eso que no puede ser todo ni, por supuesto, lo mejor; una tensión, a falta de otra denominación, entre la tópica y la ética de la existencia, entre la utopía y la distopia o antiutopía. Continuar leyendo “Tiempo de utopías”

Aprecio y desprecio del consumo

Horacio, allá por el siglo I, acuñó la máxima sapere aude, atrévete a saber. Al parecer, para saber, hay que echarle valor, atreverse. Si Horacio viviese y si fuera un observador de lo que muchos de nosotros hacemos en este periodo navideño de consumo desenfrenado, quizá reclamaría otro tipo de valor u otro tipo de saber diciendo sapere consumere ecoeticus, atrévete a ser un consumidor ecoético, a consumir de manera ecoética.

Hablar de consumismo, y más en estas fechas, no resulta novedoso. Como tampoco lo es señalar que ese afán consumista traduce una adicción, como tantas otras que padecemos los humanos, la adicción por gastar, por tener y por consumir como forma de llenar nuestras vidas o nuestro tiempo, lo cual supone una restricción de nuestra libertad. De ahí que se requiera valor y atrevimiento para manejar el asunto, sobre todo en tiempos donde la crisis del estado del bienestar sigue estando presente y donde la venta y la compra de cualquier cosa vertebra y sustenta el sistema económico, político y social. Continuar leyendo “Aprecio y desprecio del consumo”