Tiempo de utopías

Nos gustaría que el mundo en el que vivimos fuera perfecto, que no hubiera males, ni problemas. Nos gustaría vivir en un mundo maravilloso donde todos los ciudadanos gozaran de paz, libertad, concordia, justicia, calidad de vida, bienestar socioeconómico y satisfacción personal. Y, ya puestos, también nos gustaría ser nosotros mismos perfectos y vivir con dignidad.

Son, en otros términos, tiempos de utopías y grandes esperanzas, que diría Dickens o, en un sentido más costumbrista, tiempos de búsqueda de una sociedad perfecta, saludable y feliz, o, parafraseando el título de la novela futurista del escritor británico Aldous Huxley, tiempos de pensar en un mundo feliz.

Quizá fantasear con esos nobles anhelos tenga su origen en una deficiente relación con la realidad. Quizá sea un escape hacia la realidad virtual porque la realidad-real no se pliega a nuestras expectativas. Es más, nos obliga a plegarnos a sus exigencias, a veces de manera resiliente.

Y así transcurren nuestras vidas, entre la situación concreta que nos ata al momento y la percepción de que eso que no puede ser todo ni, por supuesto, lo mejor; una tensión, a falta de otra denominación, entre la tópica y la ética de la existencia, entre la utopía y la distopia o antiutopía. Continuar leyendo “Tiempo de utopías”

Aprecio y desprecio del consumo

Horacio, allá por el siglo I, acuñó la máxima sapere aude, atrévete a saber. Al parecer, para saber, hay que echarle valor, atreverse. Si Horacio viviese y si fuera un observador de lo que muchos de nosotros hacemos en este periodo navideño de consumo desenfrenado, quizá reclamaría otro tipo de valor u otro tipo de saber diciendo sapere consumere ecoeticus, atrévete a ser un consumidor ecoético, a consumir de manera ecoética.

Hablar de consumismo, y más en estas fechas, no resulta novedoso. Como tampoco lo es señalar que ese afán consumista traduce una adicción, como tantas otras que padecemos los humanos, la adicción por gastar, por tener y por consumir como forma de llenar nuestras vidas o nuestro tiempo, lo cual supone una restricción de nuestra libertad. De ahí que se requiera valor y atrevimiento para manejar el asunto, sobre todo en tiempos donde la crisis del estado del bienestar sigue estando presente y donde la venta y la compra de cualquier cosa vertebra y sustenta el sistema económico, político y social. Continuar leyendo “Aprecio y desprecio del consumo”