Un año más, a finales de diciembre, nos disponemos a celebrar… algo. ¿Y qué es lo que festejamos? Bueno, eso depende de a quién se le pregunte, pero está claro que no todo el mundo celebra lo mismo.
Lo que sucede con la Navidad es un fenómeno muy interesante desde el punto de vista sociológico. Hay otras celebraciones religiosas durante el año, pero no están sometidas a la tensión que resulta de intentar darles un sentido u otro: simplemente, los creyentes las celebran y los que no lo son, pues no. Pero esta fiesta concita una adhesión casi unánime, aunque las motivaciones de unos y otros para celebrarla sean muy distintas.
Para los cristianos la Navidad conmemora que Dios se hizo niño y habitó entre nosotros. Los no creyentes no comparten este sentido trascendente, pero sí la consideran una fiesta entrañable en la que los miembros de la familia se reúnen en torno a la mesa, se hacen regalos y participan de ese Continuar leyendo “¡Feliz solsticio navideño!”