
“Las promesas de hoy son los impuestos de mañana”.
William L. Mackenzie.
Soy autónomo. Esta característica, como todas las que me acompañan (de sexo, raza o estado civil) no me otorga condición social de víctima o vulnerabilidad en grado preventivo. Más aún, ese conjunto de caracteres son determinantes en clave política para que mi cuota de autónomo que he pagado en marzo, abril y mayo sin obtener ganancia alguna y las de otros cientos de miles sufrague parte de los gastos corrientes de un Estado que con ellas abona nóminas, pensiones y subsidios y ayudas sociales indispensables para que España siga funcionando y otras que quizá no lo sean tanto, como las nóminas de decenas de miles de personas ocupadas en el sector público o amparadas por él en situación de empleo activo que llevan dos meses sin trabajar (ni teletrabajar) pero que los días 1 de cada mes tienen su dinerito en la cuenta del banco. Por decirlo de otro modo: en este partido de fútbol en el que se mezclan profesionales y aficionados soy de los que llevan el botijo al árbitro para que éste reparta el agua a su conveniencia. Quizá deba ser así.
Continuar leyendo «Doscientos mil millones de bulos»