
Ignoro si la portentosa Celaá guarda o no buenos recuerdos de sus años infantiles y juveniles de estudio en un colegio privado religioso de San Sebastián, aunque imagino que muy malos no serían cuando repitió experiencia en la universidad privada de los jesuitas en Deusto y sus propias hijas han estudiado en otros tantos centros de similares características. Recuerda a esos políticos independentistas que obligan a los hijos de las clases populares catalanas a estudiar exclusivamente en catalán mientras ellos envían a los suyos a los mejores centros privados internacionales de Barcelona, conscientes como son de que su lengua materna no sirve para casi nada fuera del histórico principado, por hermosa y respetable que sea esta lengua del levante español.
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