La primera condición de un sistema es ser creíble. Puede ocurrir que, al atender a un aspecto, se desatienda otro. Incluso con desajustes es lógico pedir paciencia y comprensión.
Hay una imagen que se me ha atravesado en varias ocasiones. En plena selva un profesor se halla ante diversos alumnos: un mono, un elefante, un pez en una pecera, un águila y algún otro que no viene al caso. Para que haya imparcialidad, todos han de enfrentarse a la misma prueba: trepar a un árbol.
Es frecuente que quien usa la imagen pretenda mostrar una evidencia, una moraleja, una verdad y sólo una. Algo así como que la enseñanza que valora los resultados (lo que saben o son capaces de hacer los alumnos) comete una tremenda injusticia al ignorar las diferencias individuales. La conclusión a la que se nos pretende llevar es que el sistema educativo debe mirar menos a los resultados y mimar más a los alumnos, sus capacidades y necesidades. Así de simple. Continuar leyendo “El mono, el águila y la pecera”