‘Connecting people’

Los suecos lo han vuelto a hacer. Como si nos visitase el Espíritu de las Navidades Pasadas, Ikea nos ha vuelto a regalar una bofetada de cruda realidad envuelta en un logrado y emotivo anuncio donde diferentes familias participan en Familiarizados, un concurso de preguntas y respuestas en el que si fallas quedas eliminado. Para sorpresa de todos, los concursantes demuestran un excelente dominio en categorías como ‘Conocimiento de Famosos’ o ‘Modas de Internet’, mientras que son eliminados uno a uno cuando se trata de contestar preguntas sobre sus propias familias.

Acostumbrados ya a sus sutiles tirones de orejas y usando siempre el comodín de la familia para tocarnos más la fibra sensible, en esta ocasión los de Ikea han puesto de manifiesto que pese a que estemos tan bien conectados con el mundo, en muchos hogares, aún teniendo la fibra más moderna o el ADSL de máxima velocidad, la conexión con los nuestros no siempre llega al aprobado. Como dirían en mis tiempos, «necesita mejorar». De esta forma preguntas como ¿cómo se conocieron nuestros abuelos? ¿qué sueños por cumplir tienen nuestros padres? o ¿por qué eligieron una carrera determinada? son sólo muestras de lo difícil que es acertar cuando la respuesta correcta no se puede encontrar navegando en páginas de Internet y redes sociales, cuando clicar no es suficiente. Continuar leyendo “‘Connecting people’”

¡Hikikomorismo! No, gracias

En un mundo global no es extraño que productos y servicios, usos y costumbres, se extiendan y arraiguen en partes geográficas muy lejanas a su lugar de origen. Del País del Sol Naciente nos llega el fenómeno del hikikomori, nada menos. Y en formato de síndrome, cuando no de pandemia, que impone más todavía.

La creciente adicción a las pantallas afecta a todos: desde los más pequeños hasta los más mayores. Y se salda con enorme dedicación de tiempo que va acompañada de entretenimiento y compañía virtual, junto a aislamiento social y soledad personal reales. Y, como es sabido, la soledad no tiene buena prensa.

No obstante, la experiencia humana de la soledad tiene una doble cara. Hay soledades buscadas, como esas de las que iba y venía Lope de Vega cuando quería estar consigo retozando en sus pensamientos. Es cosa seria y querida esa soledad sonora que recrea y enamora. Pero hay también otras. Soledades indeseadas o impuestas que se sufren como un mal, que hacen daño y atormentan. Continuar leyendo “¡Hikikomorismo! No, gracias”

Una vacuna contra el idealismo

Explicar la Capilla Sixtina a quien nunca la ha visto tiene que ser complicado. Algo así ocurre cuando se lleva a la clase de Bachillerato al Quijote, una obra que, a diferencia de hace un par de décadas, a los alumnos no se les hace leer, que los alumnos probablemente ya no son capaces de leer, y que muchos de sus profesores tampoco han leído.

En los institutos, el Quijote es una especie de enorme y engorroso esqueleto de dinosaurio que se ha convertido en un estorbo en un museo de Ciencias Naturales. Y su explicación, en la reiteración de tópicos heredados de las interpretaciones decimonónicas de la obra, la paráfrasis de unas cuantas viñetas icónicas y descontextualizadas, y la exposición arqueológica de una reliquia del pasado que debe admirarse sin precisar en ningún momento por qué, como si fuese un ídolo de piedra. Continuar leyendo “Una vacuna contra el idealismo”

De símbolos, decencia y crispación

No sorprende, y sí aburre, el permanente debate que sobre libertad de expresión y su alcance legal se ha instalado en España. No sería así si parte de la clase política fuese decente y admitiera que hay líneas rojas que no se pueden traspasar de ninguna forma, como es el caso del delincuente condenado y fugado Valtonyc, que goza de gran prestigio entre la canalla que quiere ser casta por instar en un regüeldo musicado a que se agreda y queme la casa y la farmacia de un particular que tuvo cargo en el Partido Popular de Baleares.

En mi opinión, personas así deben estar aisladas socialmente. Y la decencia exige considerar que ningún totalitarismo ni sus líderes debieran poder ser invocados o exaltados de forma pública. Pero si homenajear terroristas de ETA, exaltar ideologías como el comunismo y sus líderes asesinos, o quemar de forma pública una foto del Jefe del Estado es libertad de expresión proclamar ¡Viva Franco! también debería serlo.

Sé que esto es difícil de entender para quien ve delito en escribir que los niños tienen pene y las niñas vagina. Es en la pérdida de la decencia donde está la luna, mientras que este falso debate sobre libertad de expresión es el dedo que la señala. Continuar leyendo “De símbolos, decencia y crispación”

El tranvía del interés general

El llamado dilema del tranvía es un experimento mental que plantea la siguiente situación: un tranvía sin frenos se dirige hacia un lugar donde se encuentran diez personas, que van a morir atropelladas. No obstante, podemos accionar un mecanismo que dirigirá el tranvía hacia otra vía donde solo hay una persona. ¿Qué deberíamos hacer?

Existen numerosas variantes de este dilema, como la que propone lanzar a un hombre obeso, que observa desde un puente, para detener el tren. Si bien mucha gente considera lícito desviar el tranvía, matando a una persona para salvar a varias, pocos consideran moralmente aceptable empujar a alguien desde el puente. La clave parece encontrarse en que en un caso lo que hacemos es desviar el tranvía, y la muerte de una persona es solo una consecuencia indirecta de nuestra acción. Pero no parece que exista una diferencia sustancial: en ambos casos alteramos el devenir de los acontecimientos para salvar a varias personas, a costa de un inocente. Continuar leyendo “El tranvía del interés general”